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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Melodía_ dedicado a McFly, me encanta vuestra música.

Pulso las cuerdas de la guitarra, marco el tempo en mi cabeza, empiezo a tocar y todo lo que guardo dentro fluye, se pierde en el aire. Cuando alcanzo la nota más alta comienzo a cantar, la voz sale y marca el final de cada frase o compás, da igual donde y cuando, siempre hay una nueva sensación que debe salir. La música es todo, me eleva a lo más alto y cuando creo canciones de la nada es cuando me siento completo, nadie puede juzgarme cuando subo al escenario porque simplemente no escucho. Cuando estoy ahí arriba, cada vez que canto toco el cielo. Cumplo mi sueño, la gente me escucha de verdad. No es que sea el mejor escenario del mundo ni mucho menos, cantar en la calle no me va a hacer rico pero me da experiencias que no tendría en ningún otro sitio. Hace tres semanas una chica pasó delante mio y me dijo que le encantaba como tocaba, aunque las letras de las canciones no tenían ninguna conexión; cogió el micrófono y empezó a cantar. En menos de cinco minutos teníamos un círculo...

vino

Tinto, blanco, aguado... Así eres tú. Parte de mi tierra y cultura. Una luz en la penumbra, un eclipse de sol, la voz que me hechiza, que me guarda rencor. Sentimiento extraño el que me llena al pisar las uvas, pues nos encontramos, aquí, donde nadie escucha. ¿Qué sería yo sin ti? Un riojano sin sombra ni cepa, Un mar sin olas, un sol sin luna. un amor sin pasión, un médico que no cura. ¿Pues acaso no somos dos seres iguales? Tú para sin mí no vives y yo sin ti no olvido. ¡VIVA EL VINO! ¡VIVA SAN MATEO!

CAMBIOS

Hay días en los que me gustaría desaparecer, olvidar, dejar de ser la que está al otro lado de la mesa esperando a sus alumnos que no llegan, o que si lo hacen me ignoran, estoy harta de todo. Ser profesora es una mierda, recuerdo que escogí esta profesión de niña porque me gustaba la lengua, la literatura y hay muchas vacaciones. Fui una ingenua, supongo que no he cambiado en nada. Confío demasiado en la gente, en el respeto, ya me lo advirtieron. Los cuentos de hadas no existen Matilde me decía mi madre cada día y yo pensaba que de mayor la echaría en cara ese comentario, la música era mi escapatoria y había una canción, ¿cómo era? Ya la recuerdo, me encantaba pero nunca pensé que podría mostrar lo que sintiese yo en un futuro. Me gustaría que el mundo fuese de color rosa y que llovieran mariposas pero es que a veces no importa el color del que sean las cosas. Ese tan solo es el comienzo, nada más me levanto ya lo tengo en mi cabeza, pero cuando llega la noche tod...