Un número más
Cualquier persona podría pensar que era alguien más camino a casa o camino al trabajo. No podían imaginarse que hubo un tiempo en que ese chico no podía mirarse al espejo.
Pero ¿cómo saberlo?
Tan solo era un número más en la lista de personas que te cruzas en tú vida, de esas de las que piensas, tiene la vida resuelta.
Y él sencillamente caminaba, alegrándose de poder hacerlo, porque aunque recordaba de vez en cuando los cuchicheos, los desprecios, las risas, la impotencia y el miedo. Como unos flases de recuerdos llenos de dolor. Solo caminaba. Solo eso.
Se alegraba de haber tenido valor, de haber llegado hasta aquí. Ese instante que demostraba que la vida sigue y que las cosas cambian a mejor.
Pero sobre todo recordaba que no les dió el poder de romperlo todo, que no se rindió.
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