ADAPTACIÓN DE LA OBRA APOLO Y DAFNE
¡ADVERTENCIA! Algunos diálogos pertenecen al libro "Las metamorfosis de Ovidio".
Personajes:
-Apolo
-Cupido
-Dafne
-Río Peneo
Primer acto:
Cupido y Apolo
Cupido: Parece que ningún animal se te resiste ya joven hijo
de Zeus, los hombres te veneran y tu escogida, Pitia (se relame, tiene que dar asco al público)(silencio) Es tan, tan.
Apolo: sumamente exacta en sus predicciones. (interrumpe con voz altiva)dime Cupido,
hijo de Venus. A ti, ¿qué recompensa te dan tus flechas?-Cupido no contesta- ¡Eh, ahí la respuesta!
Cupido: osado, desvergonzado. No te atrevas a cuestionar la
utilidad de mis poderosas flechas, ellas son las culpables de las numerosas
infidelidades de vuestro padre.
Apolo: yo no he dicho nada para enrojarte pajarillo gordo,
eres tú el que me malinterpreta. ¿acaso he dicho para que sirven tus manos?
Pues te lo diré ahora.
Cupido: No te atrevas, estúpido.
Apolo: ¡Para lanzar dardos que enamoran!-ríe
Cupido: ¿Puedes explicarme para que sirves? Para nada- Apolo le pone un dedo en la boca para que se
calle.
Apolo: Cupido, ¡ay, angelito! Tus flechas no tendrían ningún
efecto sobre mí. ¿No has oído hablar de mi aventura con el espantoso Pitón?
Ahora soy un guerrero invencible y mi corazón es imperturbable como si fuera de
mármol. Adiós.
Cupido
busca dos flechas invisibles, una del amor y otra del desamor-Apolo,
maldito ingenuo. (mirada de odio)
Puesto que soy inmortal mis flechas no verás pero mañana al despertar un fuerte
amor sentirás.
Segundo acto: Dafne y el río Peneo
Dafne: entra siente un
gran pinchazo y se lleva una mano al pecho y se agacha en el suelo. ¡Padre
ya estoy aquí!
Peneo: Ya te veo, justamente estaba pensando en ti.
Dafne: (sorprendida)¿en
mí?(preocupada) Hoy estas triste.
¿Soy yo la que te pone de semejante humor?
Peneo: ¡Me gustaría tanto ser abuelo! Me debes un yerno y
unos nietos.
Dafne: Ya me lo has dicho pero así soy feliz, padre. Para
nada necesito a un hombre.
Peneo: ¿A cuántos pretendientes has rechazado ya? (desesperado)
Dafne: No me he parado a contarlos (ríe). No tienen más que
dejarme en paz.
Tercer
acto: Apolo y Dafne
Peneo y Dafne salen corriendo. Aparece Apolo.
Apolo: La he visto, la he visto y me ha mirado (a público, como en un sueño) Ahora me
acercare a ella.
Dafne al
verle se asusta.
Apolo: No te asustes, no te haré ningún daño. El amor es la
razón de que te siga.
Dafne: Si de veras sientes por mí lo que dices, déjame en
paz.
Apolo: Te amo demasiado para apartarme de ti.
Dafne
intenta alejarse
Apolo: Escucha… Huyes de mí porque no me conoces. Mi padre se
llama Júpiter y …
Dafne: (interrumpe
enfadada) Me da igual, dios o no me persigues.
-Apolo la toca-
(desesperada) ¡Padre! ¡Peneo! Si de veras puedes socórreme, libérame con
una metamorfosis. Prefiero dejar de ser Dafne que pertenecer a este hombre.
Comienza a
convertirse en un laurel y Apolo mira desconsolado
Apolo: Ya que no quieres ser mi esposa puesto que te amo,
serás mi árbol. Laurel, a partir de ahora adornaré todo mi ser con tus hojas y
coronarás también a los vencedores de los juegos pitios.
OSCURO
FINAL
Comentarios
Publicar un comentario