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Mostrando entradas de mayo, 2013

Redacción_ El huracán de Oklahoma: yo estaba allí

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Hay momentos en la vida que te marcan para siempre, son heridas en el alma, lágrimas en el cielo. Esos que normalmente cicatrizan pero que de pronto se abren; hacen que dejes de ser tú aunque tengas el mismo nombre, el mismo cuerpo pero detenido en aquel instante.      Te consume como un fuego arrasa un bosque, solo quedan cenizas, pedazos de lo que pudo haber sido. No puedes anularlo, borrarlo o evitarlo, siempre recuerdas esas risas, esas miradas que decían todo, cuando no hacía falta palabras, ... Vivo en el presente soñando con el pasado, intentando hacer como si nada hubiera ocurrido.       Porque daría todo por no haber estado allí, daría cualquier cosa por ser tú, por que el huracán de Oklahoma no hubiese existido.        Porque el huracán se fue con mi vida y mi esperanza, envió mis sueños kilómetros bajo tierra.        Y recuerdo que estaba acurrucada en el sótano, oyendo aquel grito que perforo mi garga...

Teatro

Hace poco mi profesor me mandó responder a la siguiente pregunta: ¿Estás de acuerdo con el planteamiento de la guerra de Fernando Arrabal?                Yo creí no era quién para contestar, cada uno escribe de lo que quiere y como quiere. Pero con esto por redacción me hubiera puesto un cero. Así que aparte de mostraros mi opinión os propongo que  leáis  la obra de teatro Pic Nic en el siguiente enlace: http://isabel-lenguacastellanayliteratura.blogspot.com.es/2011/04/pic-nic-de-fernando-arrabal.html Arrabal plantea la guerra en sí como estúpida e innecesaria desde un punto cómico, ingenuo y optimista por parte de los protagonistas aunque con un trasfondo trágico.             En general la obra me parece bien hecha, con un objetivo antibélico claro y conciso mediante el cual se pretende hacer ver al espectador la barbarie que supone esta.     ...

Los olvidados

Todos tenemos defectos, yo no soporto a la gente que olvida. Hace poco (esto es relativo) sucedió algo catastrófico en Haití, ahora con la crisis todo pasa más deprisa, las noticias se superponen unas sobre otras como si de las vanguardias se tratase. Al poco de que esto sucediese escribí un relato para exponerlo en clase, al final me decanté por improvisar. Tal vez al leerlo recordéis. Tiembla Tauutu eeeeee-deje de cantarle la nana a mi hermana. A lo lejos, vi como mi casa se desplomaba y la tierra que tenía bajo mis pies comenzó a temblar, todo Haití lo hizo. Tembló el suelo, la casa, el cristal roto en el suelo y temblé yo de miedo. Cerré los ojos y grite- ¡Madre! Quede inconsciente y cuando desperté estaba en una tienda de UNICEF en lugar del río. Pregunté por mis padres y dijeron que habían muerto, mi hermana vino corriendo hasta mí y lo recordé todo. Ahora miro desde una ventana de las calles de París, cuando aún estaba allí, unos extrañ...

Novedades

Como podéis ver he cambiado la estética del blog, espero que ahora os resulte más cómodo acceder a las entradas antiguas. Y es que, al contrario que como leí en un libro, yo cuando cambio no voy a la peluquería sino que renuevo mi blog. Dentro de poco adelantaré un capitulo de la serie que empecé y puede que escriba también algo de novela policíaca.

Libros

La libreta roja de Raquel Villar Esta novela es muy entretenida, llena de descripciones excelentes sobre sensaciones y con intriga constante; apenas voy por el tercer capitulo y he decidido que es más que recomendable.  Esta joven autora riojana empieza su carrera con las pequeñas editoriales pero d esde muy pequeña participó con éxito en concursos de narrativa infantiles. Durante su adolescencia comenzó a desarrollar obras más largas que le llevaron a crear su blog personal  http://raquel7-blog.blogspot.com.es .

De repente

El sonido desafinado de las llaves al chocar no me resultaba solo monótono sino frustrante, alrededor de veinte jóvenes se agolpaban a mi espalda y yo, cabizbajo, recordaba que ninguno de ellos me había respondido al buenos días qué acaba de pronunciar. Abrí la puerta de par en par, aún hablaban de sus cosas cuando un muchacho esmirriado y alto me dijo burlonamente- Conserje, no ve que no me deja pasar- y todos rieron. Recuerdo que miré su cara y ni siquiera sentí desprecio, a mis años da igual lo que un adolescente creído pueda decir. - Buenos días señor conserje, ¿se llama usted Ignacio, verdad?- dijo una chica amablemente al dirigirse hacia el aula. Así, de repente; salió de la nada esta mozuela. Sorprendiéndome, dejándome atónito aunque no lo aparentase; creía que los modales y la educación ya se habían olvidado en este instituto pero no, ¡menos mal! - Sí, pase una buena mañana señorita.- respondí yo sonriente. Sonreí, sonreí alegremente. Al fin y al cabo, tod...