Redacción_ El huracán de Oklahoma: yo estaba allí
Hay momentos en la vida que te marcan para siempre, son heridas en el alma, lágrimas en el cielo.
Esos que normalmente cicatrizan pero que de pronto se abren; hacen que dejes de ser tú aunque tengas el mismo nombre, el mismo cuerpo pero detenido en aquel instante.
Te consume como un fuego arrasa un bosque, solo quedan cenizas, pedazos de lo que pudo haber sido. No puedes anularlo, borrarlo o evitarlo, siempre recuerdas esas risas, esas miradas que decían todo, cuando no hacía falta palabras, ... Vivo en el presente soñando con el pasado, intentando hacer como si nada hubiera ocurrido.
Porque daría todo por no haber estado allí, daría cualquier cosa por ser tú, por que el huracán de Oklahoma no hubiese existido.
Porque el huracán se fue con mi vida y mi esperanza, envió mis sueños kilómetros bajo tierra.
Y recuerdo que estaba acurrucada en el sótano, oyendo aquel grito que perforo mi garganta de la que no salieron palabras, eras tú, al otro lado de la puerta. Escuché el último aliento como si del propio huracán se tratase, tan cerca y tan lejos porque llegaste demasiado tarde.
No podía hacer llorar, no podía llorar, no pude hacer nada; solo esperar. Pensé que debía esperar a que el tormentoso peligro pasase, pero al abrir la puerta tus ojos sin vida desgarraron mis fuerzas. Perdóname, perdóname por querer ser tú.
Caí de rodillas en el suelo mugriento y lleno de cristales rotos, deseando que todo fuera un mal sueño. Cogí entre mis manos tu rostro, lo besé y por fin, lloré como nunca lo había hecho tratando de deshacer el infierno que estaba viviendo, queriendo detener el tiempo.
Luego un vacío me inundó, supe que te había perdido. Supe que habíamos muerto.
FIN
Y para quitar el mar sabor de boca, espero que estas canciones os levanten el ánimo:
Esos que normalmente cicatrizan pero que de pronto se abren; hacen que dejes de ser tú aunque tengas el mismo nombre, el mismo cuerpo pero detenido en aquel instante.
Te consume como un fuego arrasa un bosque, solo quedan cenizas, pedazos de lo que pudo haber sido. No puedes anularlo, borrarlo o evitarlo, siempre recuerdas esas risas, esas miradas que decían todo, cuando no hacía falta palabras, ... Vivo en el presente soñando con el pasado, intentando hacer como si nada hubiera ocurrido.
Porque daría todo por no haber estado allí, daría cualquier cosa por ser tú, por que el huracán de Oklahoma no hubiese existido.
Porque el huracán se fue con mi vida y mi esperanza, envió mis sueños kilómetros bajo tierra.
Y recuerdo que estaba acurrucada en el sótano, oyendo aquel grito que perforo mi garganta de la que no salieron palabras, eras tú, al otro lado de la puerta. Escuché el último aliento como si del propio huracán se tratase, tan cerca y tan lejos porque llegaste demasiado tarde.
No podía hacer llorar, no podía llorar, no pude hacer nada; solo esperar. Pensé que debía esperar a que el tormentoso peligro pasase, pero al abrir la puerta tus ojos sin vida desgarraron mis fuerzas. Perdóname, perdóname por querer ser tú.
Caí de rodillas en el suelo mugriento y lleno de cristales rotos, deseando que todo fuera un mal sueño. Cogí entre mis manos tu rostro, lo besé y por fin, lloré como nunca lo había hecho tratando de deshacer el infierno que estaba viviendo, queriendo detener el tiempo.
Luego un vacío me inundó, supe que te había perdido. Supe que habíamos muerto.
FIN
Y para quitar el mar sabor de boca, espero que estas canciones os levanten el ánimo:
Comentarios
Publicar un comentario